escribirá un poema después del desayuno
tostada y mantequilla le piden los dos niños
escribirá un poema de amor en la cocina
en que a toda violencia se oponga la ternura
escribirá un poema de achicoria y de frío
de guantes servilletas anginas sabañones
escribirá un poema quemado frente al mundo
inmediato de cada cucaracha de azúcar
escribirá un poema bajo voltios azules
bajo cada lectura bajo el sueño de Sylvia
escribirá un poema nos vamos al colegio
hasta abrir las costuras de esa soledad blanca
escribirá un poema la cabeza en el horno
encargaos de mis hijos y un gas cierto y sublime
he visto en mi sueño maya o malcolmiano cómo les revienta la cara delante de un televisor cómo rescatan sus cuerpos ferrificados y los de sus mártires de los amasijos de una autovía en obras cómo intimidan hienas entre cuatro una noche a quien lleva una bufanda diferente y cómo incendian las aulas de su antiguo colegio volviendo de borrachera
he visto cómo envejecían y los hijos tarados que han sido capaces de malcriar porque hablo ya desde los ojos blancos de la muerte desde la dimensión del cadáver en que me han convertido